lunes, 29 de septiembre de 2008

EL SER Y EL VERBO

Mientras trabajotes en la obra completa, disfruten este un pequeño extracto de la RAZÓN Y EL INDIO, no se impaciente me falta poco para que lo termine.
En la sociedad cósmica hay un solo pensamiento, un solo verbo, y un solo gobierno. El pensamiento es amáutico, la lengua es maya y el gobierno un consejo de Amautas.
Como de la lengua maya salen todas las lenguas, la voz elocutiva que nombra el SER, la palabra que expresa el SER en maya, aymara y qheswa es CAN.
Un solo término en las tres lenguas:

Can (Maya)
Can (Qheswa)
Cancaña (Aymara)

“Can –en maya, aymara y qheswa– abarca lo objetivo y lo subjetivo. Lo abstracto y lo concreto; lo ideal y lo real. Para el pensamiento maya, constituye lo universal de la Naturaleza y de la propia persona humana. Naturaleza y hombre existen hermanados en la vida, y cumplen su misión. CAN es el gran todo, es lo cósmico; es número; es cuadrado; es círculo; es sabiduría; es filosofía; es religión; es enseñar y aprender; es guía; es jefatura: es raíz; es presente, pasado y futuro, pues modifica el tiempo de los verbos y, por último es el hombre como ser de energía, lo mismo que el Sol, la Tierra, la Luna, y con su nombre se forman numerosas acepciones, como CANAN. ”
Para la filosofía maya la condición circular es la que cuida la ARMONIA UNIVERSAL.
El maya había llegado con la CONCIENCIA CÓSMICA, al DIOS CÓSMICO, al declarar que HUNAB-KU era el dador del MOVIMIENTO Y LA MEDIDA, y que jamás lo había presentado con imagen alguna, y sin embargo vivía INMERSO EN EL, y que esa manifestación del SER ABSOLUTO, si no lo representaba particularmente, como a las demás deidades, sin embargo estaba latente en sus manifestaciones espirituales y materiales, ya que allí estaba presente en su arquitectura, en su moral, en su legislación y en su propio comportamiento personal al considerar con un verdadero sentido humano, que todos los seres humanos SON HERMANOS ENTRE SI, que no existe el TU, sino que TU ERES YO; MI OTRO YO (en maya) IN LAC ECH. La hazaña del pensamiento maya llegó a la formulación del SIGNO CERO, y al concepto matemático del SER ABSOLUTO.
La COSMOGONIA MAYA, antes que pueblo alguno de la Tierra, plantea la teoría de la NEBULOSA, y sigue su curso evolutivo apegado a la verdad (lejos de cualquier concepto mitológico). Y gracias a ello, llega a crear una RELIGION CIENTIFICA Y FILOSOFICA, razón por la cual, FILOSOFIA, RELIGION y CIENCIA están íntimamente vinculadas. No se separan, ni se aislan, y fundamentalmente tienen una sola nominación: CAN que significa ENERGIA COSMICA, y es dentro de sus LIMITES donde se desarrolla toda la cultura y la civilización del pueblo maya, así como la de los demás pueblos de este Continente...
El pensador maya llegó a la conclusión de que el HOMBRE había sido CREADO por los mismos creadores de la Tierra, y que EL no era un ser excepcional DENTRO de la naturaleza, sino parte INTEGRANTE DE ELLA. Que él como ella, tenía que obedecer LEYES; igual que las plantas, las bestias, los pájaros, los insectos.
Se llamó Itzá. Y llegó a la convicción de que era nada menos que PRODUCTO de la conjugación de ELEMENTOS GENERADORES catalizados por la presencia del AGUA, del liquido elemento, en combinación con la ENERGIA, con el fuego, con el calor, y que su organismo estaba compuesto con los mismos elementos que contenía la NATURALEZA, minerales y vegetales. Así llegó a la convicción de que la naturaleza y él eran una sola cosa. Que las mismas leyes dinámicas, energéticas que habían hecho posible la presencia de la Tierra, habían contribuido a su propia presencia. Y así pasado el tiempo, se declara CHAN, se manifiesta CAN, síntesis de lo universal, del gran todo.
La Tierra, para el pensamiento maya, no es un Ser aislado en el infinito, obedece a influencias extraestelares, el Sol tiene que ver con la Tierra directamente, sus fenómenos como las Manchas que sufre periódicamente tienen efectos decisivos en la vida del planeta, como en la vida del hombre... Calcularon de manera perfecta las revoluciones sinódicas de la Luna, de Marte, Venus, Saturno, Mercurio, Júpiter y el Sol... De este su amor a la naturaleza surgió su magnífica fórmula del CERO, no corno símbolo de la NADA, sino como GERMEN de ALGO de donde sale ALGO, ya que no podían aceptar que de la NADA, hubiera salido TODO.
“… La palabra fue inventada por el hombre preamericano. El creador de la palabra es el indio maya…Buda y Cristo estudiaron sus enseñanzas originales en la lengua maya... El idioma ritual de Cristo era el maya. HELI LAMAH ZABAC TANI, últimas palabras que salieron de sus labios en el Gólgota, —y que nadie sabe qué idioma era— es lengua maya.
Palabras mayas se encuentran en todas las lenguas del mundo. En Japón, un 40% del idioma tiene raíces mayas. En la India una gran proporción de las lenguas habladas vienen del maya. Los viejos idiomas acadio y caldeo eran en gran parte maya. Lo mismo el egipcio. El alfabeto griego constituye un texto en idioma maya.
El Pop-Wuh —Biblia Maya— es el documento más antiguo sobre la historia humana, anterior al RIG VEDA y el ZEND AVESTA. Adán y Eva son palabras mayas: Ahtan, Eua… El nombre María igual que el de las madres de otros mesías es: MAIA... La cruz de Cristo es la cruz de Palenque. La esfinge y la swástica construyeron los mayas en Egjpto.
Los indios mayas instruyeron a la India, Tibet, Egipto, Babilonia. El pueblo indio preamericano, es el único pueblo de la antigüedad que creó su alimento. Y la organización humana (la sociedad) no nació en Caldea, ni en la India, ni en Egipto, ni en Grecia, ni en Roma, mucho menos en Europa. Nació aquí en América.
La contribución espiritual que nos brindan ahora las civilizaciones maya, tolteca, tiwanaku, inka, etc., despojadas del misterio que las rodeaba, es un aporte de gran valor en este momento crucial de la humanidad...
“… 8.000 años antes de Cristo utilizaron el algodón; sus fantásticas técnicas elaboraron 190 tonalidades de tejidos... Dominaron la fuerza radiactiva con que roían la roca. En sus construcciones usaban un cemento muy superior al nuestro En los flancos parámicos de los Andes hicieron terraplenes y sembrarán 20 millones de hectáreas y dieron un régimen social de abundancia a 20 millones de seres humanos. La mitad de los alimentos de que hoy se nutre la humanidad, inventaron los indios preamericanos.
Inventaron y usaron el CERO en sus incomparables matemáticas. Los amerindios ejecutaron la mayor proeza intelectual de todos los tiempos: un calendario que encuadra un ciclo de 374.440 años íntimamente relacionados con las leyes del Universo, y el hombre, dentro de él como parte indesligable de las mismas leyes”.Y lo más asombroso que llegaron al socialismo cósmico: crearon la “comunidad”; y como gobierno: un “Poder ético…”8
“El historiador Valmiki (siglo IV A. C.) En el Ramayana (vol I), dice:
“Los mayas, partiendo de su tierra de nacimiento en el Este como misioneros de religión y conocimiento fueron primero a Burma y allá instruyeron a los Magas; de Burma fueron al Deccan en la India, de donde llevaron su religión y conocimientos a Babilonia y Egipto”.
“Los mayas eran grandes navegantes, cuyos barcos, viajaron de los océanos del Oeste a los del Este, y de los mares del Sur a los del Norte en edades remotísimas”.
Y James Chuchward, viajero e investigador, asienta:
“Un hecho notable es que encontramos palabras mayas en todas las lenguas del mundo.
...Los mayas fueron los primeros culturizadores de la India, El Tibet, Egipto, Babilonia, Acadia y Grecia. Lo hemos comprobado con textos de historiadores de la India y Egipto. Está establecido históricamente que la ciencia-religión conocida por Cristo en Egipto, la India y el Tibet era maya.
La comparación de palabras en Sánscrito (el lenguaje antiguo de la India); Zend (la antigua lengua de Persia); Griego, Latín, y otras lenguas, ha demostrado que todos estos idiomas provienen de un lejano origen común”
EL TIEMPO
Hay tres tiempos: tiempo histórico, tiempo geológico y tiempo cósmico. El tiempo en la concepción amáutica debe encuadrarse dentro del Cosmos. El concepto tiempo, se manifiesta y actúa en la razón. No es posible concebir el pensamiento en el vacío y sin su ariete la razón. Tiempo y razón modelan el pensamiento. Pero el conceptor del tiempo y de la razón es el mismo pensamiento. De tal suerte que si tiempo y razón están en el pensamiento, por ende, tanto la razón, como el tiempo, no pueden manifestarse sin el pensamiento, fuera del pensamiento. Hay tiempo y razón donde hay pensamiento; y hay pensamiento donde hay razón y tiempo.
Pasado, presente, futuro, no son nada. No tienen contenido ni significación.
La concepción amáutica del tiempo es circular. El tiempo amáutico es redondo. La vida amáutica es redonda.
El Sol, la Tierra, la Luna, la estrella, toda la Galaxia es redonda. El Cosmos es redondo. El mundo amáutico es redondo.
Nada es línea recta; todo es círculo. El germen, la semilla, el semen, el falo, la matriz tienen forma circular, redonda… Todo es una concatenación infinita, relación inconmensurable; entonces la concepción rectilínea del tiempo es anticósmica; antinatural: es el yo, el egoísmo, el oro, el róbo, el asesinato...
El individualismo es Occidente. Y América, comunidad.
En el cerebro amáutico se halla impresa la imagen del Cosmos, de su Cosmos. La Tierra, a Luna, las estrellas son redondas, y giran alrededor del Sol. Por tanto, el concepto, (la idea) tiempo es redondo, circular. El círculo carece de punto de partida y meta. En un tiempo circular, no hay principio ni fin. Todo es energía en movimiento. Todo se mueve y toma fondo, forma y maneras sin alterar su esencia: la energía.
La razón, no puede ser ni actuar, sino dentro del concepto circular del tiempo. Como las Galaxias existen en armonía, la razón no podía ser otra cosa que la suprema lucidez del pensamiento al servicio del hombre.
El poder de esta razón, hecho pensamiento y fuerza de voluntad, ha creado, plasmado y esculpido una sociedad perfecta: la sociedad de Preamérica, que existe viva y actuante en la Comunidad-ayllu del Tawantinsuyu de los Andes, el Calpulli azteca de México y el Pop-Wuh maya de antro América.
Dentro de la concepción circular del tiempo ha germinado, toda la estructura conceptual de la gran cultura amáutica. Religión, Filosofía, Arte, salen del tiempo circular.
LA VIDA
¿Qué es la vida para el hombre amaútico?
¿Qué es la vida para el indio?
Con unción religiosa, el indio deposita la semilla en el surco. En suprema serenidad y concentración de su misteriosa fuerza fecundante, la Tierra la recibe. Y de esta sacra conjunción nace la planta. Nace la vida.
Cuando el espermatozoide inunda el surco de la matriz, depositando la sémina creadora, cuando el hombre y la mujer se funden en un nirvánico rito religioso, en este éxtasis del supremo instante la energía cósmica se hace vida.
La sémina creadora se ha hecho forma y conciencia; carne vital y espíritu de luz, he ahí la vida, esa es la vida para el indio, en esta tierra del Nuevo Mundo, que los europeos han puesto el nombre de América.
Y así se fecunda y nace la vida de todo ser vivo en el planeta Tierra.
“... La naturaleza del hombre es la naturaleza de todos los animales; y surgió de ésta... en el nivel de la estructura e interacción molecular, el almacenamiento y transferencia de información, las operaciones energéticas y de otras características definitorias de la vida, el hombre difiere de una bacteria de un modo muy poco significativo…
Vive en comunidades biológicas y tiene un nicho y una ecología, igual que los petirrojos y las lombrices de la tierra… mira hacia las estrellas y hacia el barro, recuerda su pasado y predice su futuro…” (G. Gaylord Smpson).
La vida en cuanto hálito cósmico, en cuanto Cosmos, no muere. La vida, destello de la energía galáxica, es eterna. La muerte no existe. Dentro la concepción del TIEMPO- CIRCULAR, la idea intelectiva de la muerte, es inadmisible. Esta concepción, hecha convicción, conciencia y sentimiento vital reverbera en el alma cósmico-panteísta del indio.
La vida para el indio es Cosmos. La vida es eterna renovación. Mi cráneo y mis sesos cuando sean tierra, en vez de pensamiento darán f1ores....Y las flores, cuando sean cerebro, darán pensamiento…
LA MUERTE
El hombre sale del Cosmos. Es hijo del Cosmos. Es Cosmos. Como el Cosmos es eterno, el hombre es eterno. La cuna y el sepulcro, en el mundo amáutico, en el pensamiento amáutico, no existen. Nacimiento y muerte son nada más que manera y forma de los seres que pueblan el planeta Tierra. Mineral, vegetal, animal y hombre, cambian, pero sin dejar de ser substancia cósmica.
El hombre al nacer es pequeño y delicado. Pedacito humano, tiene volumen o forma torpe y débil, una mente de ciegos impulsos. Luego, toma cuerpo y conciencia. Su ser se llena de luz y fuerza vital.
Como hijo del Sol, su Dios, el hombre es un ser sagrado. El hombre es un dios. Y, como hijo del Sol, mejor de los Soles de las Gálaxias, el hombre piensa; piensa el bien, y hace el bien. El hombre de cerebro, el genio crea; crea conocimiento, ciencia y conciencia cósmicos.
Cuando la unidad humana llega a su Otoño y llega su Invierno, se convierte en tierra, roca, árbol; y su pensamiento, en parte constitutiva del fluido solar, vale decir, vuelve a la galáxica energía del Cosmos.
Para la fauna humana no hay primaveras ni iviernos. La fauna humana es eterna. Mi padre, el constructor de Tiwanaku y de Machupicchu, vive en mí; y yo viviré en mis hijos de carne y en mis hijos de pensamiento. Mis padres están en mí; yo en mis hijos. Somos eternos. Somos polvo de estrellas y nota de sinfonía de Dioses…
Cuando nace un niño, el indio se alegra, canta y baila; y cuando muere alguien, el indio no llora, prepara su comida y bebida y vistiéndolo con sus mejores prendas deposita el cadáver en el sitio más fecundo de la tierra. El indio deposita a sus muertos en el seno de la Pachamama, cantando y bailando, lleno de alegría.
La idea y la imagen de la muerte han salido de Occidente. Occidente ha inventado a la Parca con su guadaña, para meter el terror de la nada en la sangre y el alma del hombre. Occidente ha inventado el dolor, la angustia, el miedo, etc…
La razón de Occidente ha inventado el tiempo; ha medido el tiempo en eras, milenios, siglos, lustros, años, meses, días, horas, minutos, segundos. Le ha adherido al hombre el reloj, el cronómetro; que es el medidor de su vida y de su tiempo…
El tiempo es una línea recta… Y también la vida humana es una línea recta. El hombre es una línea recta; su sociedad también.
Para el Cosmos: ni el tiempo ni la vida tienen principio ni fin. No tienen origen ni meta.
Y el hombre de Occidente se debate como si tuviera un principio y su vida un destino. Lo cual es absurdo y estupidez. La intelección, la concepción de Occidente sobre el tiempo, la vida y la muerte es un absurdo y una estupidez…
Fausto Reinaga: La Razón y el Indio. Pgs. 27 a 31. La Paz, 1978

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